quarta-feira, 8 de junho de 2011

Then and now -- Reading cycles

As a child, I loved to read and even create my own books. I wanted to be a writer when I grew up, and I stapled together pages of childish illustrations of friendly giants, humble homes, and pretty princesses. I took my mother very seriously when we drove by a book publisher and she said maybe we would take my books there some day to be published. Somehow that dream faded when it came time to go to college. Now that I am a mother, the spirit of literature has come alive in me again! Again, I have been stapling together silly stories with childish illustrations – this time for her. My six-year-old daughter has loved books since she was a baby. In fact, that became our breast-feeding replacement when she was two. It affords the same snuggle-up closeness, and reading is perfect right before bed!


In our reading, I have even miraculously found some of the books I enjoyed as a child, such as But No Elephants, by Jerry Smath (1977), Goose Goofs Off, by Jacquelyn Rienach (1977), and one of the old rhyme Fiddle I Fee by Diane Stanley (1979) that I just loved! The neat thing is that more than 30 years later, my daughter likes these stories, too. My mother also reminded me that I was quite fond of Richard Scarry, the Berenstein Bears, and an old, simple book from Munro Leaf (1941) called, Manners Can Be Fun. Most of the appeal of these books for me, I believe, was visual. I remember that the “Sweet Pickles” series (of which Goose Goofs Off was part) had an entire map of the town of Sweet Pickles and a list of characters on every book that really brought this little society to life for me. My mother says my favorite character was “Imitating Iguana”.

In my pre-teens, I read the Sweet Valley Twins series (blush), later turning to vampire books (double blush) and mysteries, and finally on to satires, comedies, and poetry in my teens. I could be found reading most of the time up until about my junior year of high school. Feeling pressured to complete my reading assignments, I no longer had the time or desire to read for pleasure and spent several years without picking up a book for more than reference purposes. It's still rare that I read a fictional novel, but I love reading and creating stories with my daughter.


terça-feira, 18 de maio de 2010

Lo que se ha cumplido

En el cumpleaños de la Estrellita (11 de mayo), me pusé a ver unas hojas incompletas que yo encontré hace poco en dos partes.

Parte 1:

No se puede decir exactamente que el nacimiento de nuestra hija fue en casa.

Ella nació en un tipi en un pueblo chiquito de las montañas de Argentina.

En la falda de los Andes, afuera de la ciudad de Mendoza, queda el barrio llamado El Challao, donde en el mez de April, 2005, montamos nuestro acampamento Caravanero, preparandonos para que una parte del grupo se fuera hasta la Patagonia para poner la bandera arcoíris en la Tierra del Fuego, dado que cuya misión fue asumida diez años antes, mientras otra parte del grupo se quedará para participar en lo que será el primer parto de la historia de nuestra comunidad nomada- moderna, La Caravana Arcoiris por la Paz.


Si yo tuviera mi manera, el bebe habría nacido ahí mismo en la Tierra de Fuego, al fin del mundo, debajo de la bandera arcoíris de la paz que llevaron para enterrar ahí. Ahora me arrepiento por no insistir mucho más, pero el resto del grupo no quería nada así. Manuel, el papa, no estaba de oposición, pero había gente opuesta suficiente para no permitir que yo fuera.


Entonces, después de la discusión con el Manuel sobre el lugar donde el parto debe ocurrir -- el inipi (tienda de sudar), en el agua, etc. – montamos el tipi de la Caravana, construyendo adentro un altar al bebe por venir, lleno de juguets y las ropas que usaría al nascer, entre otros regalos que habíamos recibidos, a demás de otros objetos símbolicos. Claro que ni supimos el sexo del bebe hasta que ella nació, por eso el altar estaba colorido y variado.

El papa de la Estrella y yo estudiamos sobre los partos, anticipando que podríamos estar quien sabe donde en la hora del evento de parir. Hablamos con una variedad de aconsejadoras antes, incluyendo Machi Maria, Una Líder de un grupo de Mujeres Indígenas), una ginecóloga homeópata quien trabajaba con flores de bach, una enfermera del movimiento humanista, la misma madre de Manuel, y quien más quisiera oferecer información. Yo hice los controles mensuales normales en el consultorio publico de Maipú y hice yoga kundalini en el parque donde vivimos durante la mayoría del embarazo en Santiago.


No quisimos el parto en el hospital, sabiendo que significaba tartar un momento sagrado y ceremonial, como si fuera un problema o una enfermedad para tratar con cirugía o drogas. Quisimos dar la bienvenida con amor y calidad para esta vida nueva que estaba por llegar, reconociendo el evento verdaderamente mágico de recibir a un hijo nuevo.


Justo antes de salir del Chile, en el pueblo fronterizo de Los Andes, hicimos un circulo dentro del mismo tipi donde Estrella nasciera. Cada persona en el circulo ofreció un regalo intangible (como la felicidad, la capacidad de danzar, la paz, muchos amigos, etc) para la vida nueva que estábamos preparando para recibir luego.



Un circulo que se hizo justo antes del nacimiento de la Estrellita cuando se fueron para la patagonia.



Parte 2

Lo siguiente son unas notas que escribí después de la experiencia de parir:

Milagros y Casualidades:

Por más que nos informamos, igual todo fue como dijeron los amigos Pablo and Gabriela de Santiago, quienes tuvieron su primera hija en casa. Ellos dijeron que todo se te va en la hora del parto.

En realidad, las cosas que tuvimos más claras eran cosas para el momento en que salió el bebe:

Ø Como se limpia la boca y el nariz

Ø Como se corta el cordón

Ø Poner el bebe al pecho inmediatamente

Ø Usa las gotas para los ojos del bebe

Ø Abrigala y mantienela cerca desde luego

Ø etc.

Mayormente nos fue así después del parto, pero no existe duda en mi mente que si no hubiera aparecido la Angela en el momento que llegó, el parto en si no hubiera sido tan exitoso y yo probablemente hubiera pasado todo en el hospital al final.


La parte que más me tenía confundida era la parte que suena lo más simple: las contracciones. Donde buscas, toda la información dice lo mismo… primero vienen las contracciones preliminarias, cuyas son irregulares y pueden venir horas o hasta días antes del trabajo de parto realmente pasa. Después vienen las contracciones verdaderas, o el trabajo del parto. Yo supongo que pensaba que el borramiento del cuello uterino viene entre estos dos fases. Pues, en un video que había visto, las mamas tenían dilatación completa y hasta esperaban algunos momentos hasta que vinieron las contracciones finales para expulsar al bebe. Además todas las mamas calmitas y sonrientes … las bolsas rompieron al último momento como deben y los bebes salieron rápido con un mínimo de esfuerzo y sin jalarlos nada.


Bueno, para mi, mis contracciones nunca parecieron regulars, pero igual no pude concentrar para tomar los tiempos. Nuestra querida amiga Heidi me ayudaba muchísimo, entre otras personas. Para mi, era como que venian cada tres minutos y después saltaban a llegar diez minutos después o algo así. Nunca me convencieron que eran las contracciones verdaderas porque yo esperaba algo mucho más calculado y ritmica después de lo que leí y incorporé desde mi ser calculadora.


De hecho, Marcella me preguntó una vez si yo estaba en el trabajo de parto. Yo dije, “No sé. Las contracciones no son muy regulares,” Para eso Heidi respondió, “Son bastante regulares!” Pero yo todavía no me convencía. Me lo imaginé diferente. Bueno, igual traté de ponerme en las posiciones para contracciones como las que vi en un libro y respirar, pero como no entendía realmente lo que estaba pasando, yo no estaba haciendo el trabajo que tenía que hacer todavía. Yo no sabía que en este momento yo tenía que estar dilatada ya. De todas maneras, averiguamos la dilatación con Manuel y él calculaba solo como 4cms. Tenía que ser 10cm para tener dilatación completa. 4cm.


Bueno, antes este mimso día, Fani, la esposa de Piojo, me contó su historia de los partos de sus dos hijos. Ella empezo el trabajo de parto, pero no se dilató y tenía que hacer un Cesario en los dos casos. Entonces, con mis 4cm de dilatación, cuando sentí las ganas de empujar, me asusté bastante. Algunos ya querian llevarme al hospital antes porque había vomitado mucho y estaba tempblando. Pues, eramos un grupo de personas sin experiencia. Nadia presente había tenido hijos antes.


Entonces, cuando Fani apareció, le conté de mi situación, la cual era parecida a la suya. Ella, la única experimentada presente, se fue justo después de llegar porque se asustó tanto.

Después de que se fue, ocurrió un milagro.


La amiga de Heidi, Angela, y Doctor Papá Manuel


Llegó la Angela con una amiga que conocimos solo dos días antes. Nunca habíamos conocido a Angela previamente. Heidi llamó a esta amiga de su clase de yoga cuando ella se dío cuenta que yo estuve en el trabajo de parto de verdad (aún que yo lo negué). Heidi dejó un mensaje en el buzón de voz de esta mujer porque ella sabía que la mujer trabaja con mujeres en el area de salud después del parto. En el mensaje, Heidi preguntó si de repente ella conocía a alguien quien podría ayudar con un parto porque ya estuvimos en el trabajo de parto. De casualidad, Angela estaba justamente en la casa de esta amiga para almuerzar ese día. Llegaron lo más antes possible, sin ninguna manera de avisarnos anteriormente.


Nunca lo dije en ese momento, pero la verdad es que yo ya estuve realmente afectada con toda la experiencia de Fani. De hecho, estuve al punto de irme al hospital. Ya entendí como una mujer puede sentir sola y con miedo en la hora de partir. Pero, cuando llegó Angela, después de que se actualize sobre la situación, ella dijo que realmente no tenía nada de experiencia con partos fuera del hospital. No entendió nuestra necesidad de hacerlo así, pero ella respetaba nuestra decisión. Aún que ella no estaba de acuerdo, estaba dispuesta a ayudarnos.

Pues, cuando le dije que ya había ganas de empujar, me dijo que estaba todo bien. Me pidió que confie en ella.

Esto me dío confianza. Fue precisamente lo que necesitaba escuchar. Alguien -- la única persona con alguna experiencia, aunque sea poco -- me dijo que estaba todo bien. Angela apenas estudiaba para ser partera clínica (en el hospital). Yo fácilmente creí en ella.


En ese momento, le pregunté que yo podría hacer para dilatar más. “Caminar,” ella dijo.


Yo no había dormido nada porque desperté con las primeras contracciones la noche anterior y me pasé el día caminando (cuando no estuve vomitando). Ahora, estuve tan cansada que me quedé dormida mientras caminaba. De hecho, yo recuerdo un momento, cuando alguien me pasó un vaso de agua donde yo estuve parada. Tomé el agua, bajé mi brazo un poco y me dormí ahí mismo, solo despertando cuando el vaso se calló al suelo. Entonces, al escuchar que necesitaba caminar más, me pareció imposible.

Eventualmente fui a acostarme porque ya no podía estar de pie más. Me dormí entre contracciones. La bebe no se cansó nada y seguío tratando de salir a conocer a todos. Angela me dijo de segurar todo lo que podia, instruyendome a cruzar las piernas mientras la dilatación aumentaba.


Por más cansada que fui, ya estuve con calma y con más claridad en mi cabeza. Recordé algo que mi querida amiga Anya me habia dicho durante su propio embarazo allá en Indiana. Esta clave mágico me salvó totalmente. Ella dijo que lo que una hace con la boca afecta a la vagina. Por ejemplo, uno puede aflojar a la vagina através de soltar los labios de la boca o hasta se puede besar para lubricar y relajar el area debajo.

Cuando me acordé de todo esto, pensé, “Qué es lo que quiero hacer? ¡ABRIR!”


Agarré un poco de fuerza y empezé una respiración de yoga que se llama el león. El objeto es de abrir su cara lo máximo posible. Yo decidí que yo iba a dilatar, aunque fuese en poco tiempo. Angela nunca me dijó cuanto yo estaba dilatada cuando pregunté. Solo me dijo que no podia empujar todavía , que faltaba y que el bebe todavía no llegaba. La primera vez que pregunté, cuando ella primero llegó, ella dijo que estuve 3cm dilatada, no 4cm como Manuel había estimado.


Antes, solo me imaginaba que el trabajo de parto significaba empujando. Nunca había anticipado el trabajo que es no empujar. Es más difícil aún. Heidi seguía lealmente a mi lado y empujé en sus manos para desviar mis ganas de empujar la bebe fuera.


Angela masajeando el perineo. ¡No tuve ningun punto! Heidi atrás todo el rato y Manuel listo para recibir a su primer hijo!


Todo era al reverse. Justamente lo que una mama no debe hacer en su parto fue lo que me tocó a mí hacer – resistir las contracciones. Pero fue lo que yo tenía que hacer.

Algunas veces dije, “¡No! ¡Este bebe quiere salir!” Cuando se rompieron las fuentes, anticipé que yo iba a perdir el controle y ella saldría corriendo de mi cuerpo, rompiendo piel y organos en el camino. Pero antes de que me pude dar cuenta de lo que estaba pasando, me dijeron que ya venía la bebe.


“¿Puedo empujar?” pregunté desesperada. (Esta no fue la primera vez que pregunté esto.)

“Si,” dijeron. Después “No. Hay que esperar más un poco.”

Por supuesto, hubo debate sobre la posición que asumaría para facilitar el momento que el bebe saldría. Yo imagine una escena donde mi amiga me seguraba por los brazos mientras me quedué de pie, aprovechando la gravidad para permitir que la bebe se caería en los brazos de su papa Manuel abajo. No le gustó esta idea a la partera. Y en mi lado? Bueno, ella quería de espalda para poder masajear mi perenio, evitando así que la piel se rompe. Yo no consideraba la idea de estar de espalda nada natural ni interesante, pero finalmente todos nos pusimos de acuerdo con la idea de estar media sentada y apoyarme con la Heidi atrás de mí.


Heidi fue una amiga verdadera el tiempo entero, totalmente sin ego. Mucho después aprendí que todo el rato que estuve hacienda la respiración del leon, abirendo mi boca y sacando el aire fuera con fuerza, ella estaba respirando el olor feo de mi vomito de todo el día! ¡Pobre mujer! Ella trabajó tanto como yo en el acto de apoyarme.


Como mentioné antes, mientras estuve acostandome sentada. Angela maseaba mi perenio, pero eventualmente empezé a sentir que me quemaba. Ella se mojó el guante y continuo. En un momento, preguntó, ¿Ella seriamente no quiere un episiotomía?” Después de haberlo dicho, ella misma se dio cuenta “Bueno, no tengo como hacerlo si quisiera de todos modos.”

No sé cuantas veces hicimos la rutina de casi coronar y la bebe regresar. Empujar no fue tan difícil, sin embargo, al seguir la experiencia de no empujar. Recuerdo solamente que en un momento dije, “Me quema. Pongale agua!” Esto fue cuando todos dijieron, “Salió el bebe!”



Ella salió un poco azul por la cuerda estando sobre el ombro. Ya llevaba la placenta como su bolso de viaje. Se pusó rosadita inmediatamente.


Estuve en un trance. Heidi se puso a llorar y la amiga que trajó Angela fue quien primero observó que nació niña. Yo estuve repasando los pasos en mi cabeza que yo había estudiado, incapaz de emoción en el momento, quieriendo hacer todo cierto. Es una razón por lo cual puede ser interesante para los papas enfocar solamente en el nacimiento mientras otra(s) persona(s)d sabe mejor que hacer dentro de la visión de los padres. De esa manera, los padres pueden entregarse a la emoción del momento sin tenerque mantener la cabeza fría porque cuentan con otro(s) para eso. Me parece la situación ideal, pero tal vez ni tan fácil de encontrar.



La ternura de ese ser nuevo tan raro.


Como un mes después de que nació la Estrella, recibimos una visita de unos viejos amigos que estuvieron con nosotros en la caravana antes en Chile. Sam y Christine Carter fueron actualizados con los detalles del parto y Christine me dio una foto que nos impresionó a todos.


Fue de una obra que hicimos en Iquique, en el norte de Chile. Fue la misma obra en que Manuel y yo nos conocimos. La foto fue tomada en la última noche que hicimos la obra, cuando estuve embarazada sin saberlo todavía. La niña que usualmente hacia la escena conmigo viajó. Heidi tomó el lugar de esta mujer porque ella fue la directora de la pieza. Ella sabía qué hacer en cualquier escena.


Entonces, en una escena olvidada de la obra, la escena de la foto, Heidi me apoyaba de atrás mientras yo actué que estuve dando luz. En la foto, salimos en la misma posición que usamos para el parto, aunque no fue planeado así. Ya se había olvidado de esa obra mucho antes, de hecho, y el mismo trabajo de parto interrumpió el ensayo de una obra nueva.

domingo, 9 de maio de 2010

Usando el volantín nuevo por la primera vez ... yipiii!



Aquí aprendo a amarrar



A ver ...



Así se empieza



¡Todavía no va!



¡Ahora si!

Ganamos este volantín un día que había un sorteo para muchas canastas llenas de juguetes y dulces. Estrella quería mucho ganar uno, pero habia cientos de canastas. Entonces, después de una hora, todavía faltaba la mitad. Le dijé, Vaminos y lo olvidamos. Ellos llaman por teléfono para avisar a los que no estén presentes. Así lo ganamos.

Ella no queria dejarlo, pero después de un rato, se frustró y ya queria ir. El día siguiente, ella dijó, ¡Ya no gané ninguna canasta! de la nada. En ese momento, yo sabia que ahora tuvimos un chance. Pero, no llamaron más rato, ni nunca. Así, yo también dejé la idea.
Dos dias después, ella dijó, Bueno, lastima que no gané una canasta, y se lo olvidó.

El día después, me llamó mi mamá diciendo que ella ganó un premio de una canasta de juguetes y lo iba a buscar para la Estrellita. Yo olvidé que habia puesto el nombre de mi mamá en algunos boletos también. Entonces, ya que no lo esperabamos más, mi teoria resultó: una vez que lo olvidamos, lo ganamos! El volantín fue de los primeros juguetes con que jugamos...



quarta-feira, 28 de abril de 2010

Los huevos










Antes de ir a la casa de mi papá para pascua, la estrellita decoró unos huevos duros para esconder.

Yo los escondí con otra mamá en la casa y todos los nietos fueren a buscar.

yo era la única mamá que no ayudó al hijo buscar. Pero ¿donde está la diversión cuando alguien te diga donde buscar?

Nota de la vida de la madre: Ese día me acordó de mi amigo querido Pablo Bedmar, quien siempre andaba haciendo de todo. Como tuve mucha admiración por su manera de conseguir hacer tantas cosas y además estar completamente presente en cada momento, lo observé bastante para aprender. Vi que un secreto del éxito del Pablo fue que él no parecía tener expectativas. Le imaginé pensando, voy a hacer esto hasta que termino. Si termino al tiempo para ir a las danzas, entonces, voy. Sino, no pasa nada.

Así dije hoy cuando nos invitaran a la cena de pascua. Yo ya había pensado en pasar el día en limpieza ya que mi hermana estaba fuera y yo quería sorprenderla con la casa limpia. Dije para mi papá lo que ya tenia planeado, pero si terminaba al tiempo, entonces vamos.

Y así fue. Terminamos y fuimos.

Haciendo la cama


La Estrellita se acuesta a todos los bebes

Ella hace la cama solita


Aquí dormimos

Los hombres más dulces

Un día estrella y yo decidimos hacer unas galletas de jengibre en la forma de hombres, como es la tradición.



Pasamos la tarde horneando y decorando.




Mi mamá nos dio las cositas para hacerlas: la masa, los moldes y todo.



Fue muy difícil apretar las tintas. ¡Hasta para mi!

Estrella se desanimó porque el tubo del amarillio se partió.




¡Igual salieron lindos!

¿Quiénes son los malos?

Fuimos a visitar a mi papa en la tarde.

Él ya estaba descansando en el sofá con una película.

La película se trataba de una guerra entre hombres y dragones. Fue muy gráfica y asustadora.

Pues, así es la guerra entre quien sea.

Entonces, la estrellita se puso a ver la película también, hablando de que se matan los malos.

Desde antes, yo ya estaba un poco preocupada con esto porque ella ve a la prima con unos juegos de video muy violentos que ni puedo mirar. La encontré diciendo ¡Mátalo! Para animar a su prima y no me gustaba mucho.

Me di cuenta como los medios te manipulan la cabeza para ponerte para un lado o el otro. Mi hermana quería mostrarme una película que ella pensaba que me gustaría. La vi con interés, pero entendí como eventualmente estuve queriendo que el ¨bueno¨ salga adelante mientras el ¨malo¨ no.

Después de eso, vi la influencia que la pantalla tiene sobre nosotros.

Bueno, regresando al filme sobre los dragones y los humanos, yo le dije a la estrellita así:

Entonces, los humanos dicen que los dragones son los malos porque ellos quieren matar a los humanos, pero los dragones dicen que los hombres son los malos porque quieren matar a los dragones.

O sea,

Los dragones quieren vivir y matarán a los humanos para no morir.

Los hombres quieren vivir y matarán a los dragones para no morir.

Entonces, ¿quienes son los malos?

Ella respondió que eran los dragones. Y le dije, eso dices solo porque eres humana. Pero los dragones también tienen sus hijos, sus madres, sus hermanos, etc. Y también quieren vivir sus vidas.

Después de mucha discusión durante un buen rato sobre como no hay diferencia y hasta como mi padre tenía que ir a la guerra porque alguien dijo que esas personas eran los malos, pero ahora él no cree que realmente lo son. Era lo que le dijeron para que él luchara contra eles.

La estrellita ni hizo caso y siguió insistiendo que los dragones eran los malos. Entonces, me resolví a que mi tarea era de solo sembrar las semillas, mientras respeto el proceso de aprendizaje de ella.


Hoy en la clase que estoy tomando, tuve una discusión con una mujer soldada que hablaba de los malos en Irak y como es un orgullo para ellos matar a los soldados americanos. Yo hablé de como realmente no es diferente cuando alguien de aquí mata a alguien de allá o como hicieron con los negros o los homosexuales en nuestra historia. Nosotras nos ofendimos las dos. Yo a ella y ella a mi. Pero, después la tuve que pedir la desculpa porque me dí cuenta que fui yo quien estaba separando, olivdando que soy otra ella. Yo también soy cada hombre que mata y cada hombre que muere. Compartimos la misma esencia y así no puedo creer que ella está errada tampoco. ¿Quíen estaba errada? Cuando paré de pensar en eso, me dí cuenta que ella fue una soldada en la guerra y fue muy insensible de mi parte para esperar de ella que va a poder escuchar de que son iguales. Ella fue entrenada para odiar, para matar a esta gente (mismo que los de Irak son entrenados para odiarnos y matarnos). Pero, ella no necesitaba mi juzgamiento tampoco. Ella necesitaba mi comprensión, necesitaba recordar de su valor y de su generosidad como persona. Después de todo, ella ha hecho algo que no puedo ni imaginar en ir hasta la guerra y por eso ella merece todo mi respeto. Pues, ya lo merecia por simplemente ser, pero ahora lo necesita más.

Gracias que las lecciones que damos a nuestros hijos también nos enseñan.